12:00h: Mientras Dario y Miriam se van al congreso de Psicología, Samu y yo aprovechamos para visitar el parque Vigeland. Famoso por las esculturas dedicadas a las facetas del hombre, desde niño hasta anciano, y el obelisco de cuerpos amontonados. El paseo es bonito, y la lluvia de esta mañana nos da una tregua durante la visita.





14:30h: Hoy toca comida casera. Nos hacemos unos spaguettis con champiñones, cebolla, tomate triturado y albóndigas noruegas (iguales que las suecas del IKEA). Que rico sabe lo hecho en casa..

Después de una siesta, salimos a dar una vuelta por el centro. Visto que el metro tampoco es barato (25 NOK), decidimos bajar andando.


No se tarda mucho y el paseo es agradable, entre casas señoriales muy bonitas. Vemos el palacio real, muy sencillo, la calle principal, el puerto y la fortaleza. La verdad es que esta ciudad no tiene más que ver al aire libre. Eso si, museos hay mil, de cualquier cosa..



9:00h: Como nos quedan pocos días aquí, decidimos probar por una vez, la comida noruega en un restaurante. Elegimos Brasserie 45, que es recomendado en foros y guías por su calidad-precio. El sitio es muy bonito, la carta es variada y los precios, más o menos razonables para lo que es esto. Comemos 4 platos principales de carne y pescado, más dos postres, por 1256 NOK, incluída la propina. Un dato curioso sobre esto de las propinas. Cuando te traen la cuenta, debajo del precio de la comida, hay un espacio reservado a las propinas por el servicio, donde tú escribes lo que quieres dejar, y haces la suma con la cuenta de la comida. Si pagas con tarjeta, te traerán el datáfono y tú mismo teclearás el total a cobrar. Normalmente las propinas oscilan entre un 8 y un 12%. Todo esto nos lo tiene que explicar el camarero, porque la primera vez estás bastante perdido. Nosotros dejamos un 10% (140 NOK). Ya está bien!! 15 eurazos en propina. Creo que ni juntando todas las propinas que he dejado en mi vida, suman tal cantidad.

Los días que quedan comeremos en casita, que ya hemos probado lo que había que probar y no merece la pena. El venado está bueno, pero tampoco es una gran carne. El salmón normalito. Y como tampoco tienen más variedad de pescados ni de carnes...

Nos volvemos al apartamento dando otro paseo. Que caminar es muy sano y sobre todo en este país, barato, jejejeje.

Mañana Museo Munch y Opera.

Zzz... Zzz...